«Con el paso del tiempo, te conviertes en una marioneta de tu pasado acumulado». Sadhguru
En la nota «Hablemos del karma», mencionaba que el karma tiene que ver con las acciones, y esto lo afirma la etimología misma de esa palabra: ‘hecho, acción’. Las acciones pueden darse en tres niveles: cuerpo, mente y energía. Lo que realicemos en alguno de estos niveles deja cierta huella en nosotros y así nos convertimos en “un repositorio vivo de memoria kármica”, como bien lo menciona Sadhguru. Por supuesto, esto ocurre en niveles de los que no somos del todo conscientes.
Podríamos decir que el karma es como un software con información consciente e inconsciente de nuestro pasado, construido a lo largo de nuestra vida (y de otras existencias) y grabado en nuestra memoria y en nuestro campo energético. Todo se desarrolla en consecuencia: todo el tiempo experimentamos nuestras huellas kármicas. Además, debemos considerar que actualizamos a diario ese software, según el tipo de acciones que realicemos. Con esto, confirmamos que no se trata de un destino que haya que soportar, sino que se puede reescribir.
Por lo tanto, el karma constituye un ciclo interno que nosotros mismos creamos, patrones que oprimen desde dentro. No se trata de un sistema externo de castigo: por mucho que intentemos cambiar las circunstancias externas, nuestra experiencia interna seguirá siendo la misma. Adolfo Pérez Agustí dice que «la ley del karma no es una justicia o sistema de retribución», porque todos tenemos un pensamiento libre y la libertad de escoger y mejorar. «Usted puede elegir crecer con alegría, o alternativamente a través del dolor, la angustia y el miedo».
Una vez leí una publicación que afirmaba que tendemos a relajarnos cuando viajamos, incluso estando en manos de un conductor desconocido, pero no hacemos lo mismo en la vida cotidiana. Esta posibilidad no existe en nuestra mente porque, en realidad, somos nosotros los conductores de nuestra propia vida. Entonces, cuando nuestra vida se vuelve monótona y cíclica, y parece que alguien más la dirige, debemos tomar acción.
Se aproxima el solsticio de invierno en el hemisferio sur, marcando el día más corto y la noche más larga del año. Durante este período, las energías celestiales se ponen aún más al servicio de la Tierra, convirtiéndose en un momento ideal para comparecer ante el tribunal kármico. Te enseño qué se puede realizar en el taller El karma y el tribunal kármico este viernes 20 a las 18 hs.
Con amor, Maribel.
Toda la vida creyendo que el karma era una especie de castigo del que no se podía escapar!
Qué importante es despertar, tomar conciencia de nuestras acciones y actuar en consecuencia, sabiendo que todo acto tiene un efecto y que tenemos el poder de sanar nuestra historia. Gracias por esta info!
Siempre creí en el karma, todo es cíclico en esta vida que transitamos.
La ley de la causa y el efecto
Gracias Mari!