Nuestro cuerpo físico se mantiene vital, sano y fuerte gracias a la energía que fluye en el campo electromagnético (el aura) que lo rodea y penetra. Cuando se producen bloqueos en esta energía, el físico se ve afectado de alguna manera. La ciencia demostró que somos energía antes que materia; por eso, no debemos esperar a que el cuerpo manifieste alguna dolencia o enfermedad para comprometernos con nuestro bienestar general.
Si bien hay personas que tienen una sensibilidad perceptiva alta y ven el aura, no todas las personas pueden hacerlo. ¡Ojo! Que esto no sea un limitante. Debemos tener en cuenta que para acceder a la información de nuestro campo energético, podemos hacerlo a través de sus siete chakras principales. Este sistema de chakras se ubica por la línea media del cuerpo, en el canal energético central, que coincide con el recorrido de la columna vertebral.
Si la energía de los chakras se bloquea, nuestro aura se contrae y pierde luminosidad, lo que se traduce en cansancio, malestares físicos, falta de ganas y motivación, desequilibrios emocionales (por ejemplo, enojo constante), falta de claridad y concentración… Desbloquear estos centros nos permite volver a encauzar la energía y restituir la armonía en todo el sistema, lo que repercute benéficamente en el organismo. Cabe mencionar que el hecho de responsabilizarnos por nuestro bienestar nos permite crear las circunstancias de nuestra realidad y manifestar lo que deseamos.
Antes de evaluar cómo se encuentran estos centros y aprender a potenciar su energía para fortalecer el aura, resulta necesario estudiar ciertos conocimientos. Quienes deseen saber más acerca de cómo funciona nuestro sistema energético y aprender mediante técnicas sencillas a recobrar la vitalidad, las ganas y el optimismo, les recomendamos realizar el curso Anatomía energética del ser humano. Y quienes quieran ampliar aún más sus conocimientos, ofrecemos también el seminario Los cuerpos áuricos.
Con cariño, Maribel.